De
las Teorías a la Práctica:
Aplicación de teorías del aprendizaje en el proyecto
educativo de la “Escuela del Puente”
Introducción:
Durante el seminario de Teorías del Aprendizaje una
discusión importante emergió: ¿Cómo buscar aplicaciones sencillas a las teorías
e investigaciones educativas? Es interesante pensar que a pesar del avanzo en
las investigaciones en educación y particularmente en psicología de la
educación, pocos cambios son percibidos en las prácticas educativas, por lo
menos en Brasil y México. ¿Por qué? Las causas para este desnivel entre teoría
y práctica pueden ser muchas: el desinterés político en realizar cambios efectivos, la falta de
capital para investir, la falta de profesionales calificados, la desmotivación
de los profesionales, etc.
Pero algunos cambios pueden ser realizados (y algunas
veces son) con poco apoyo político o financiero, solo que con mucha voluntad y
creatividad. Este es el caso de la Escuela del Puente, una pequeña escuela
pública portuguesa que comenzó a nadar contra la corriente procurando
soluciones sencillas para sus dificultades y por fin lograron un Proyecto y una
Práctica Educativa que sirve de modelo para escuelas de varios países de todo
el mundo, cuyos investigadores, pedagogos, profesores, psicólogos o curiosos
van a visitarla en busca de respuestas y de inspiración.
Con este mismo propósito, de buscar respuestas e
inspiración, este trabajo procura ubicar las teorías del aprendizaje de Piaget,
Vygotsky, Bruner, Lave y Wenger en las prácticas de la Escuela del Puente,
destacando los puntos comunes en las formas con que definen el aprendizaje y el
aprendiz, los autores y el Proyecto de la escuela portuguesa.
De
las teorías:
“Una
verdad aprendida no es más que una verdad a medias, mientras que la verdad
entera debe ser reconquistada, reconstruida o redescubierta por el propio
alumno”.
(Piaget,
1950, en Munari, 1999, p. 317)
Dejando de un lado las
divergencias entre las concepciones del aprendizaje de Piaget, Vygotsky, Bruner
y Lave y Wenger, los autores están de acuerdo en muchos aspectos: que el
aprendizaje no puede ser pasivo, que no es algo que se le hace al individuo,
sino que es una actitud del proprio sujeto de buscar su adaptación al medio, de
buscar comprenderlo y modos de transformarlo. También coinciden los autores en
que el aprendizaje no puede ocurrir en aislamiento, o sea, el aprendizaje solo
es posible en relación con el mundo, con el otro, y con sí mismo. En ese
sentido, cada uno de los mencionados autores tiene algo a sumar.
Finalmente con base en todas
estas teorías se define un aprendiz que:
·
Es un investigador autónomo;
·
Es activo, en el sentido de que construye el
conocimiento y no lo recibe ya terminado;
·
Tiene su propio ritmo de aprendizaje;
·
Necesita de las interacciones
socio-culturales para aprender;
·
Es un ser social, que se relaciona con otros
individuos y con la cultura;
·
Es un participante activo de la cultura o de
la comunidad;
·
Negocia y comparte significados con la
comunidad;
·
Se identifica y está comprometido con la
comunidad;
Después
de obtener una perspectiva amplia de las calidades de este ser cognoscente, se
vuelve más fácil pensar en un contexto apropiado para que desarrolle al máximo
sus potencialidades.
A la
Práctica:
“Educar es más que
preparar a los alumnos para exámenes, es más que hacerlos memorizar las tablas,
o saber aplicar las formulas matemáticas. Se trata de ayudar a los niños a
comprender el mundo y a realizarse como personas, más allá del tiempo de
escolarización”[1] (Ponte, 1996)
La “Escuela del Puente” es una escuela pública de
primaria y secundaria, ubicada en una pequeña villa en el norte de Portugal,
llamada Vila das Aves, que es parte del municipio de Santo Tirso. Originalmente
llamada “Escola Básica Integrada de Aves/São Tomé de Negrelos”, la escuela
sufrió un cambio, que se inició en 1976 y sigue hasta los días de hoy, en
dirección a un modelo educativo más centrando en el alumno y en una educación
democrática[2].
El proyecto “Hacer el Puente” entiende el aprendizaje
como un proceso en el cual el saber resulta de la transformación en la
experiencia con el otro. O sea, el aprendizaje es entendido como una
transformación que proviene de la experiencia con el otro. Además el proyecto define a los alumnos como
individuos únicos, dotados de conocimientos, culturas y experiencias previas,
que tiene también su propio ritmo e intereses,
y que deben ser respectados en sus particularidades.
Esta institución adopta
soluciones sencillas para convertir un modelo de aprendizaje pasivo e
inapropiado para su realidad en un nuevo modelo que pretende formar aprendices
activos, autónomos y que aprenden a través de la exploración e investigación.
En este sentido es pertinente traer el ejemplo de las prácticas de esta escuela
para demostrar que es posible aplicar las teorías a través de cambios
sencillos. Es importante destacar que el proyecto “Hacer el Puente” es único,
situado, característico y fruto de un contexto particular y por esto no puede
ser aplicado en otro contexto, pudiendo solo servir de inspiración.
Así, con base en los
aspectos del aprendiz observados en las teorías anteriormente abordadas, se
demostrará las aplicaciones en la Escuela del Puente, en donde:
·
El
aprendiz es un investigador autónomo:
Primero,
el trabajo de los estudiantes es organizado por proyectos, o sea, cada
estudiante hace un plan quincenal de lo que quiere aprender, con el apoyo de un
profesor, y a cada día planea las actividades que realizará en este día, con el
propósito de concretizar el plan quincenal, siendo que el cumplimiento del plan
sirve de base para la auto-evaluación que también es realizada diariamente y
quincenalmente. Los alumnos también administran de manera casi totalmente
autónoma el uso de los tiempos y espacios académicos, pudiendo decidir casi
siempre si quiere hacer una investigación en la biblioteca o en la internet o
si quiere realizar su tarea en el aula o realizar sus responsabilidades del
día.
En
segundo lugar, las informaciones necesarias para la comprensión de los temas
propuestos y para la realización de las tareas son buscadas por el propio alumno
en libros, revistas, internet, con otros compañeros y con los profesores.
Cuando no logran entender lo que se propusieron, piden directamente al profesor
que les ayude, o piden ayuda formalmente, subscribiéndose en el panel “Necesito
ayuda…”.
En
su auto-evaluación además de observar su progreso de aprendizaje y la
concretización de sus objetivos, el alumno analiza también sus cambios de
comportamiento, examinando como se procedió en sus relaciones con los compañeros
y con los profesores, que tan responsable y comprometido con sus tareas estuvo,
etc. La auto-evaluación después servirá para los profesores divisaren la
maduración y el aprendizaje del alumno.
De
esta manera, el niño aprende a tomar sus propias decisiones y se concientiza de
lo que quiere, puede y debe hacer, aunque sea diferente de lo que los otros
hacen. No son niños que solo obedecen y siguen lo que está predeterminado, son,
más bien, niños que deciden lo que es mejor para ellos y cuestionan los modelos
predeterminados.
·
El
aprendiz es activo, no recibe el conocimiento ya terminado:
Como fue expuesto
arriba, el conocimiento es explorado, descubierto, organizado y producido por
el alumno. Por tanto la función del maestro no es transmitir o enseñar el
contenido, sino enseñar y estimular a aprender y a investigar, guiando el
alumno en su proceso de construcción del saber y en la organización de este
saber.
“Ser profesor en la Escuela del Puente
significa ofrecer a los niños la comprensión de lo ‘porque’ y ‘para qué” de su
esfuerzo, implicarlos en un proceso de auto-formación. Significa sobrevalorar
la reflexión y la capacidad de realizar análisis críticos, apoyar el desarrollo
de las competencias de investigación, de manera que incentive a los niños el
habito de búsqueda permanente”[3] (Ponte, 1996)
Casi no existen
clases catedráticas, pero cuando se observa que muchos estudiantes están
teniendo dificultades en un mismo tema, se organiza una explicación en grupo, el
profesor esclarece para todos los que necesitan, desean y están preparados.
Usualmente, cuando consultado por los alumnos con dudas, los maestros evitan
dar la respuesta terminada, más bien intentan enseñar el niño a encontrarla.
·
El
aprendiz tiene su propio ritmo de aprendizaje:
La
Escuela del Puente considera que cada ser humano es único, por esto, para ella,
no se puede dictar a los alumnos el ritmo del maestro, o de los manuales o de
otros alumnos. Cada niño tiene su propio ritmo y no se puede forzar para que
sea más rápido o más lento de lo que es. Con base en esto, la Escuela no se
organiza por grados definidos por edad, en el mismo “nivel” hay estudiantes de
varias edades y momentos académicos, y los grupos son redefinidos al fin de
cada proyecto con base en varios aspectos, desde el interés académico y la
afinidad entre los compañeros, hasta las evaluaciones que preceden los momentos
de reorganización.
La
escuela cuenta con una división en tres niveles: Iniciación, Consolidación y
Profundización. Lo que determina el pasaje de un nivel al otro es el
conocimiento y comprensión académico, la maduración y el preparo. Los profesores
deciden en junta discutiendo sobre el aprendizaje del alumno en todos los
sentidos: académico, social y psicológico, de modo que si un niño está muy
adelantado académicamente en relación con sus compañeros, no será cambiado de
nivel si su comportamiento social no es equivalente.
·
El
aprendiz necesita de las interacciones socio-culturales para aprender:
El
aprendizaje en la Escuela del Puente puede ser autónomo, pero siempre ocurre en
interacción con el otro, sea este otro el profesor, el libro, otros niños o el
auxiliar de limpieza. Por considerar esenciales las interrelaciones, los
alumnos siempre están organizados en grupos, y estos grupos siempre cuentan con
niños de edades y experiencia escolar diferentes, para que los más preparados
puedan apoyar a los menos preparados, reduciendo la dependencia del maestro y
estimulando al mismo tiempo el aprendizaje de los niños.
Además,
todos los maestros trabajan con todos los alumnos, en cada espacio de trabajo
están presentes más de un profesor para poder apoyar las necesidades
individuales de los alumnos y las del grupo. Así, los profesores se apoyan unos
a los otros y los alumnos pueden contar con el apoyo de personas diferentes,
con experiencias diferentes y conocimientos diferentes. De esta manera también
se busca mantener las interacciones entre los temas y contenidos académicos,
pues el profesor de geografía y de historia, por ejemplo, trabajan juntos.
Para
ofrecer un soporte más personalizado, cada maestro es tutor de un grupo de seis
o más alumnos, con los que se reúne quincenalmente y discuten sobre los
avances, los problemas y las dudas que tuvieron. El tutor debe conocer a fundo
a sus alumnos y mantener relaciones con la familia de estos para un mejor apoyo
al niño.
También
se procura la interacción con escuelas de otros países, por un sistema de
cambio de correspondencia. Por ejemplo, los estudiantes de la Escuela del
Puente están en contacto con estudiantes de escuelas de la Inglaterra, a través
de correos en los cuales escriben cómo es su vida en Vila das Aves, en Portugal
y en la escuela, qué hacen en su tiempo libre, como son las personas, etc. Con
esto pueden conocer otras culturas y entender y aceptar mejor la diversidad.
·
El
aprendiz es un ser social, que se relaciona con otros individuos y con la
cultura:
Las
relaciones interpersonales son un punto muy importante para la Escuela del
Puente, que trata de estimularlas a través del trabajo en equipo tanto de
alumnos como de profesores. Además los espacios de tiempo libre son compartidos
entre todos los niveles. La Escuela también procura crear un ambiente de
confianza e intimidad entre los participantes, intentando que todos se conozcan
por el nombre y mantengan relaciones afectivas y respetuosas.
·
El
aprendiz es un participante activo de la cultura o de la comunidad:
Los
alumnos son responsables por su escuela, opinando y votando sobre las reglas en
las Asambleas semanales coordinadas por un grupo elegido democráticamente en el
inicio de cada año lectivo. En las Asambleas cabe proponer debates, hacer
críticas a las leyes y regimiento interno, hacer comunicados, presentar
resultados de investigación y resolver conflictos, siendo que los conflictos
más difíciles son transferidos al Tribunal.
El
Tribunal es compuesto por cuatro niños, dos electos por los alumnos y dos por
los profesores, considerados como los que tienen mayor sentido de justicia y de
perdón. También hay abogados de defensa y de acusación. Pocos conflictos llegan
a esta instancia, y rara vez son aplicados castigos.
Los
niños también participan de grupos de responsabilidad que se dividen para
cuidar algún aspecto de la escuela, por ejemplo, hay el grupo del “Buen recreo”,
que es responsable por mantener el orden durante el recreo y garantizar el
respecto a las reglas; el grupo del “Periódico”, que producen quincenalmente el
periódico de la escuela, etc. Tener responsabilidades hacia la escuela, además
de posicionar a los niños como participantes, integrantes de la comunidad,
posibilita un mayor compromiso e identificación con la misma.
·
El
aprendiz negocia y comparte significados con la comunidad:
En
la Escuela del Puente, como se pudo notar, todos los estudiantes tienen voz,
todos opinan sobre sus derechos y deberes y entienden la justificativa de cada
regla. Si se separa la basura (papel, plástico, aluminio, orgánico) todos
respectan y saben explicar porque respectan, porque es importante y cómo se debe
hacer. Esto les permite cuestionar las reglas y los significados de la
comunidad, aplicarlos en situaciones diversas, incluso afuera de la escuela, y
reafirmar su afiliación a la comunidad.
Por
ejemplo, cuando llega un visitante (un investigador o curioso que viene conocer
a la escuela, lo que pasa casi todos los días), el tutor del “Grupo de Responsabilidad
de las Visitas”, designa dos estudiantes para presentar la escuela a los
visitantes, y estos niños pueden tener 6 o 16 años, pero todos saben explicar
cada detalle de la escuela, el motivo porque existe, su función y significado.
·
El
aprendiz se identifica y está comprometido con la comunidad:
Todos
los alumnos y profesores saben exactamente cuál es su papel en la escuela, qué
es esperado de él, cuáles son sus responsabilidades y cuáles son sus
beneficios. Tienen conciencia de su posición en la comunidad y, como fue dicho,
de los significados de esta. Saben que esta es una escuela en la que tienen
voz, aun que sean niños, y que aun que sean niños son tratados como personas y
como participantes de la comunidad, por esto todos defienden los propósitos de
la escuela, su organización y su unicidad.
No
se trata de una escuela en la que llegan, tienen clase, recreo, charlan con sus
amigos y luego se van, es una escuela
que depende de ellos, así como ellos dependen de ella, que es construcción de
ellos, donde sus opiniones son importantes, así como las de los maestros y
directores es una escuela que saben que es de ellos y la llaman orgullosos “mi
escuela”.
Otro
espacio que permite el desarrollo de la identidad con la escuela y
especialmente la consciencia de sí mismos, son los grupos de “Formación
Personal”, grupos de cerca de quince alumnos que se reúnen semanalmente con un
tutor para discutir aspectos de su vida personal, como relación con la familia,
futuro profesional, relaciones con amigos, etc. Es un espacio en el que el
estudiante puede traer sus experiencias y compartir con los compañeros, opinar
y apoyar a otros que pasan por conflictos parecidos. De acuerdo con Faircloth (2009) tener un espacio en
la escuela para compartir las experiencias que trae de afuera es muy importante
para que el estudiante se sienta escuchado y posibilita un mayor sentido de
identidad y pertenencia con relación a la escuela.
Conclusiones:
Lo
que observamos en la teoría, es un gradual cambio de perspectiva sobre el
sujeto, cambio que se inicia desde Piaget y se desenvuelve y complejiza cada
vez más hasta las concepciones de Lave y Wenger, en este proceso el individuo
se va volviendo cada vez más activo y contextualizado, de modo que ya no es
sensato pensar en un sujeto aislado, en un aprendizaje que ocurre nada más en
la mente de las personas y de manera pasiva.
Este
cambio de paradigma se puede observar no solo en las teorías de aprendizaje o
en la Psicología, pero fue un movimiento que ha transformado toda la ciencia (Capra, 2006) , desde la medicina
hasta la física lo que se observó fue un pasaje de una perspectiva mecanicista
cartesiana hasta una visión organística del mundo. La primera está basada en
las ideas de Newton y Descartes, de que el conocedor está separado de la cosa
que conoce y de que la realidad (y en esto el ser humano) funciona como una
máquina, compuesta de partes independientes, que simplemente respecta leyes
físicas y que por esto puede ser observada cada fenómeno en separado. Ya la
perspectiva organicista, o como nombra Capra (2006), la concepción sistémica de
la vida, se basa en la conciencia de una interrelación e interdependencia entre
todos los fenómenos.
A
partir de esta nueva perspectiva, no se puede más comprender cómo aprende un individuo
aislándolo de su contexto y de todos los fenómenos “externos” que participan en
este aprendizaje. Así como se cambia la manera de concebir el individuo, no es
coherente seguir en la práctica tratando a los alumnos como maquinas que
reciben la información y la reproduce, sin reflexionar, de manera uniforme. El
avance en las teorías supone un avance en la práctica, y si hay muchas barreras
que impiden este desarrollo hay que superarlas y buscar soluciones pequeñas,
locales y sencillas.
La
Escuela del Puente no es perfecta, como toda escuela ella también tiene sus
problemas internos y sus dificultades, sus limitaciones, no es un modelo ideal
de cómo debe de ser una escuela y ni puede ser aplicada como modelo para otras
instituciones. Sus prácticas y su ideología son resultados de una búsqueda de
soluciones para sus demandas particulares, por tanto son situadas social,
histórica y geográficamente.
Pero
esta escuela demuestra que las teorías del aprendizaje existentes (que tampoco
son la verdad definitiva, sino maneras de entender la realidad) están ahí para
ser tomadas en cuenta y no solo para generar más investigación. El Proyecto
“Hacer el Puente” también señala que poner en práctica las teorías y tratar
realmente a los estudiantes como aprendices autónomos, situados, identificados
con su práctica, comprometidos, en fin, al tratar los estudiantes como
participantes activos de la comunidad escolar es posible y muchas veces exige
cambios sencillos.
Referencias:
Bruner, J.
(1991). Actos de significado. Madrid: Alianza Editorial.
Bruner, J. (1996). The culture of education. Cambridge: Harvard
University.
Faircloth, B. S. (2009). Making the most of adolescence: harnessing the search
for identity to understand classrom belonging. Journal of Adolescence
Research, v. 24 (3) , 321-348.
Lave, J., & Wenger, E. (2009). Aprendizaje situado:
participación periférica legítima. México: UNAM-FESI.
Munari, A. (1994). Jean Piaget. Perspectivas: revista trimestral
de educación comparada , 315-332.
Piaget, J., & Inhelder, B. (1984). Psicología del niño. Madrid: Ediciones
Morata.
Ponte, E. d. (1996). Projecto "Fazer a Ponte".
Vila das Aves, Portugal.
Wenger, E. (2001). Comunidades de práctica, aprendizaje, significado e
identidad. Barcelona: Paidos.
Wertsch, J. (1988). Vigotsky y la formación social de la mente.
Barcelona: Paidós.
[1]
Original en Portugués.
[2] Las
observaciones sobre la Escuela del Puente son basadas en el Proyecto Pedagógico
de la institución y de observaciones participantes de la autora realizadas en
un periodo de aproximadamente tres meses de duración. Inicialmente las
observaciones eran realizadas de manera discreta, y gradualmente se fue
volviendo más participativa, incluyendo entrevistas informales con los alumnos
y profesores, y la participación como ayudante de los tutores en varios
espacios de trabajo.
[3] Original
en Portugués.