En los últimos años el tema sobre competencias como elemento
dinamizador de las actividades que tratan de buscar la capacidad práctica, el
saber y las actitudes necesarias para desenvolverse en el trabajo de una
ocupación o grupo de ocupaciones en cualquier rama de la actividad económica,
ha matizado un número cada vez más creciente de cambios en los sistemas de
formación de trabajadores y la utilización de medios, métodos y formas de
enseñanza dirigidas a que el aprendiz o trabajador adquiera la capacidad
necesaria para el trabajo con la precisión de tres componentes(Herrera, 1999).
1.Los conocimientos adquiridos que por sí solos no
garantizan que el trabajador sea competente, pero que requieren una constante
actualización.
2.Saberes prácticos; los cuales demandan la adquisición de
habilidades, capacidades, destrezas y procedimientos para ejecutar actividades
donde se utilicen entre otros, instrumentos, técnicas, tecnologías y así mejorar
la calidad de su desempeño.
3.Las actitudes, muchas veces delegadas a un segundo plano y
que promueven de forma integral, los intereses, las motivaciones y valores; lo
cual en infinidad de ocasiones precisan lo diferente en la competencia de uno u
otro trabajador.
Asumir un enfoque por competencias en la formación
profesional exige, una integración de estos componentes para lograr la
necesaria flexibilidad laboral que promueve el desempeño alternativo de varias
ocupaciones, como tendencia actual en el mundo del trabajo, con estandartes de
calificación en aumento, y el cambio más frecuente de lugar de trabajo y uso
acelerado de las tecnologías de la información que exigen una mayor abstracción
y manejo de instrumentos, técnicas y maquinarias más complejas, y demanda
recursos laborales humanos multihábil, polivalente y con un perfil amplio de
competencias para contribuir a un mejor desempeño de sus funciones.
Estas exigencias
implican el incremento y la mejora de conocimientos, habilidades y destrezas de
los recursos humanos donde se requiere de un hombre capaz de dar optimas
soluciones a los problemas que se presentan en diversas esferas de actuación
como pueden ser: en áreas tecnológicas, de servicio, y también en nuevas
modalidades de ejecución del trabajo, todas en constante cambio.
Por lo que ahora se hace relevante comprender los desempeños
o realizaciones de una persona a través de todos los elementos que participan
en la misma, siendo la tendencia en estos momentos la de analizar lo que el
sujeto realmente hace, elevándose la importancia de conocer las estrategias que
utiliza cuando trata o logra solucionar un problema, las operaciones que
realiza cuando lee un texto, el conocimiento que utiliza para desempeñarse en
una situación particular, poniendo en evidencia la necesidad de atender él
contexto en que se realiza la actividad.
En la actualidad la
competencia es inseparable de la situación particular en que se expresa, ya que
somos competentes para ciertas tareas o tipos de tareas y la competencia puede
tener distintas expresiones y cambios en dependencia a la capacidad de utilizar
teorías, instrumentos, técnicas y tecnologías o en otras palabras la cultura
que poseemos de forma adecuada.
Estas ideas llegan al campo de la educación de diferentes formas,
pero en particular se aplica por este autor en el mejoramiento de los recursos
humanos docentes, para identificar o designar aquellas realizaciones del
proceso de su desempeño vinculadas al desarrollo de ciertas capacidades
generales, particulares y pedagógicas que determinan la competencia de los
sujetos implicados.
En la actualidad la
formación, recalificación y mejoramiento en general de la fuerza de trabajo
desde diferentes latitudes nos conduce a la atención de las competencias
laborales, lo cual se ha ido originando fundamentalmente en países como Reino
Unido, México, Australia, Canadá, Estados Unidos, España, Francia, donde el
concepto de competencia en correspondencia con las manifestaciones de su origen
se presenta con una diversidad de formas y matices; desde su concepción más
general de competencias, hasta las llamadas competencias ocupacionales.
Al respecto es
interesante el enfoque sobre dimensiones de las competencias laborales dado por
Julio Pérez La O(2), donde se presenta un análisis metodológico para la
delimitación de competencias profesionales y ocupacionales como componentes de
la competencia laboral ya que en su opinión los recursos humanos calificados
particularmente los profesionales universitarios y en especial los graduados de
perfil amplio, manifiestan sus competencias en dos grandes escenarios, el
profesional y el ocupacional.
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